martes, 12 de julio de 2016

Hay que cambiar el paradigma del proceso de aprendizaje que se desarrolla sin saber el porqué y para qué o su necesidad en la vida, a un aprendizaje con sentido, un nuevo paradigma que da el protagonismo al alumnado evitando su papel pasivo del sistema de contenidos y trabajando desde su participación activa y crítica para que alcance los aspectos clave definidos en el proyecto. La Neuroeducación confirma este proceso como algo fundamental para lograr ciudadanos democráticos y con pensamiento científico.
Cada alumno/a tiene un cerebro único en ocasiones mejor dotado para unas actividades que otras, en un momento dado de su vida, ya que la plasticidad cerebral posibilita la mejoría en casi todos los casos. Por ello debemos posibilitar que cada persona busque su situación y desarrolle sus dotes sin hacer pasar a todos por los mismos caminos e ideas. El ABP permite  la personalización del aprendizaje dando verdadera relevancia a la atención a la diversidad.

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